lunes, 22 de diciembre de 2008

Burn After Reading (2008)

Escrita y dirigida por Joel y Ethan Coen


Cuando se habla de directores sin ningún tipo de perdida en los productos que entregan, uno de los primeros nombres que sale a relucir es el de los hermanos Coen.

Como dicen en la página web Filmcritics, si bien cuando los Coen no andan haciendo clásicos del filme (Raising Arizona, Fargo, No Country for Oldmen), comedias hilarantes y de pasa ratos (Intolerable Cruelty, el remake Ladykillers) andan sorprendiendo con historias que se nos quedan en el subconsciente como la presente.

“Burn After Reading” nos trae un satírica comedia que involucra a la CIA y el deseo de superación de unos cuantos perdedores en escena. Con una muy inteligente manera de narrar una historia, partida desde algo sin sentido alguno, los Coen entregan una de las mejores producciones del año (mención especial realmente en este blog, aunque no dudo que haga la lista de top 10 para diferentes críticos).

"What the fuck...?"

Las actuaciones son memorables, los Coen nos brindan a unos irreconocibles George Clooney y Brad Pitt en unos papeles hilarantes y ricos; Richard Jenkins y J.K. Simmons le dan un toque clásico a la historia y a Malcovich lo vemos un poco a lo “Cyrus the Virus” en “Con Air”.

Pero su parte más importante cae en tal vez la principal musa de los Coen, Frances McDormand que vuelve, con mucho encanto, a destacar un rol presentado especialmente para ella.

Después de acaparar premiaciones por el rol de Marge Gunderson en la aclamada “Fargo”, el rol de una parlanchina mujer que atiende un gimnasio y esta convencida de que una cirugía estética arreglará su vida social es uno para el recuerdo.

“Burn After Reading” no es la mejor película de los Coen, es prácticamente una película en donde los Coen no se esforzaron mucho. Una historia simple, unos personajes un tanto complicados pero muy divertidos y en donde nunca existe un “plot twsit”, es donde pasa todo sin pena y sin gloria, pero es precisamente el personaje de Simmons, como cabecera de la CIA, que le da ese “punch” que la película necesita para tener “closure”. En fin, es como se diría, termina como comienza; haría cualquiera recordar muchos de los capítulos de la serie “Seindfield” donde la complicación de la trama no es más que la absoluta nada.

No sería sorpresa encontrarse con nominaciones a guión y para el rol de Frances Mcdormand, más nominaciones de allí me parecería un poquito sobrevaluada. “Burn After Reading” es sin lugar a dudas uno de los gratos recuerdos que nos quedarán de este 2008.

"He hit me"

lunes, 15 de diciembre de 2008

Quantum of Solace (2008)

dirigida por Marc Forster


Deja vu all over again? Desgraciadamente, sí. Por segunda vez consecutiva, el esfuerzo de Martin Campbell por renovar una saga de su descenso vuelve a ser diezmado una entrega después.

De la misma forma que pasó en 1997 cuando “Tomorrow never dies” llegó para desbaratar el trabajo hecho por Campbell, ahora Forster hace lo mismo con “Quantum of Solace”.

La película parte de un débil guión en donde lo único que le importaba a los productores probablemente eran las escenas de acción, presentes de principio a fin en la entrega, pero que ni siquiera estas llenaron las expectativas por el terrible manejo e inexperiencia en esos temas de su director.

Desde su escena inicial, una persecución en donde en varias ocasiones pierdes el foco de cual carro es que maneja Bond, uno se da cuenta por el camino que “Quantum” va dirigido.

Si algo fue Quantum fue unos cuantos pasos atrás, en “Casino Royale” vimos un Bond diferente, un inexperto “00” que vimos crecer poco a poco en cada minuto en pantalla hasta convertirse en posiblemente el mejor Bond de la saga pero en Quantum nos llega un Daniel Craig completamente adverso, errante y diez mil veces más tosco, probablemente el Craig que todos los saboteadores de esta nueva saga esperaban, aquel que pudieran destruir sin piedad. Créanme, después de “Quantum of Solace” el no necesita ayuda.

Esto, definitivamente fue todo menos una película Bond.

En esta nueva entrega se ve lo mucho que ha impactado el éxito de la saga “Bourne” en las películas de acción. Este año, no solo esta entrega sino también “Taken” protagonizada por Liam Neeson han imitado las actitudes del agente con amnesia, pero ninguno han podido comparársele.

Lo de Quantum es un intento tan poco trabajado que se ve la necesidad desde en los inicios recurrir a asemejarse a Casino Royale. El preludio con inicio acelerado y la persecución luego de las notas musicales de “Another way to die” canción de Jack White y Alicia Keys que al igual que la película en la que es presentada se queda por debajo de “You know my name” de Chris Cornell que adornaba “Casino Royale”.


Pero continuando a lo que nos compete, el Bond de Daniel Craig no es ni sombra de lo que fue en “Casino Royale” aquí vemos a un personaje típico de Schwarzenegger en “Commando” que es mucho decir. El Bond de “Quantum” no es más que un superhombre aburrido del montón de películas de acción mediocres que llegamos a conocer a finales de los 80 y principios de los 90, solo que con mejores efectos y mucho más acción.

Sin embargo, pena da el villano de esta entrega. Mathieu Almaric (conocido por su rol en “Le schapandre et le Pabillon”), este magnate corporativo no es más que un simplón, aburrido e inerte personaje que hunde más esta trillada película.

Y la codicia de Greene (el personaje de Almaric) el ¿agua? “what the f****”, si bien es el tesoro más preciado del mundo, “sin agua no hay vida” y “yata yata” esto no es “Flow: For the love of water” o “Chinatown” esto es James “freaking” Bond. La verdad es que es una sorpresa y una ironía que el mismo trío que escribió “Casino Royale” haya escrito esto. Al parecer mientras más dinero, menos interés.

¿Y la chica Bond? Es mejor ni tocar ese tema, solo basta decir que Olga Kurylenko fracasó en dos ocasiones su intento de “femme fatale”, su presencia aquí y en Max Payne fue igual de nula.

En su afán de crear un Bond más a fin a la realidad y a nuestros tiempos han procurado hacer un Bond que es lo más ajeno posible al personaje, la película es tan “mala” (así sin análisis profundo ni nada, o sea, mala) que incluso el preludio de la misma es un desastre, algo que ha funcionado en cada una de las 21 entregas anteriores, algo que por lo menos anima a la audiencia hasta eso en esta entrega falla y cuando las notas musicales del tema principal de la película suenan ya estas predeterminado aguantar los más de 90 minutos restantes en un estado de defensa.

Esperemos que la tercera entrega que encarne el “rubio” de Craig venga con un verdadero progreso al Bond de Casino Royale y bastante ajeno al Bond de “Quantum” (que es la SPECTRE del siglo XXI) y este héroe pueda volver hacer mucho más que un capricho para los fanáticos de la saga.

Aquí les dejo las dos canciones de Casino Royale y de Quantum of Solace:





miércoles, 10 de diciembre de 2008

Blindness (2008)

dirigido por Fernando Meirelles

Desde 1997, Fernando Meirelles buscaba conseguir los derechos de la obra “Ensayo sobre la ceguera” de José Saramago y fue luego de una tal “Cidade de Deus” y “The Constant Gardener” que diez años después consiguió los derechos y comenzó el rodaje de lo que sería una de las mejores entregas del 2008.

Meirelles y el cinematógrafo Cesar Charlone se encargan de visualmente proporcionar un ambiente que en ocasiones parece sacado de las imaginaciones de los miles lectores del libro (única anotación que voy hacer sobre la magistral obra de Saramago) y nos entrega un mundo caótico muy bien narrado y acompañado de una fotografía y unas difusiones a blanco que en vez de cansar crean tensión y espera entre la audiencia.

La historia sigue la extraña plaga de una “ceguera blanca” que va copando a todos los pobladores de una ciudad desconocida. Por miedo de propagación, los primeros infectados son encerrados en cuarentena.

El realizador brasileño pierde poco tiempo en aprovechar el adaptado guión de Don Mckellar, quién contaba con haber escrito el disparataje de “Childstar”, para crear un mundo apocalíptico lleno de ciegos en donde solo una persona puede ver.

Las personificación de cada uno de los personajes creado por el escritor portugués es asimilable y pasable, el talento de Mark Ruffalo no se puede negar, pero en ocasiones se perdía, al igual que muchos del grupo, en su interpretación de ciego, pero los roles de peronalidades como Alice Braga, una muchacha brasilera muy gestual y preciosa, y el mexicano Gael García Bernal son capaces de cargar con parte importante de la película.

"The only thing more terrifying than blindness is being the only one who can see"

Por su lado, Julianne Moore, en su rol de protagonista y de ser la única mujer que puede ver y es testigo de las atrocidades a las que puede llegar el ser humano por necesidad no se nota tan fuerte. Su rol es en ocasiones opacado por los demás, algo que no debió suceder.

(…) En mi opinión, desde un principio cuando se hizo el casting y Moore salió elegida para este rol yo quedé decepcionado, para mi, Moore no tenía la fuerza para interpretar un personaje tan representativo de la obra de Saramago y con la cual, yo como lector, había entablado una relación muy especial. En pocas palabras, este puede ser el acercamiento más subjetivo de toda está crítica a la película (…)

Sin embargo, los verdaderos protagonistas son su director y cinematógrafo. Las difusiones a blanco son utilizadas poéticamente; el sentido de darle a la audiencia la sensación de la “ceguera blanca” hace que uno se identifique más con los personajes, que por su parte están bien elaborados para una entrega que tenía su toque de “thriller” a medida que iba pasando el tiempo.

A la parte final se le siente un poco apresurada, a lo mejor por la edición de “corte comercial” (esperemos que el DVD venga con algún director´s cut) y la relación afectuosa entre Braga y Danny Glover (que quedó un poco rezagado para un personaje tan relevante) no se le dio el crecimiento suficiente para desarrollar ese afecto que sienten uno con el otro en los momentos finales de la película.

Si bien “Blindness” es una visión cinematográfica de la alegoría de Saramago, son muchas las cosas que Meirelles mantiene literalmente correcta. La representación del lugar de cuarentena; las negociaciones con los maleantes, dirigidos por el personaje de García Bernal; la ausencia de nombres para cada uno de ellos; todo es una prueba viviente de que es posible adaptar una novela de tanto peso internacional como lo es “Ensayo de la Ceguera”.

Esta todo tan bien realizado que incluso la escena final es literalmente exacta a como la describe Saramago: “Luego alzó la cabeza al cielo y lo vio todo blanco, Ahora me toca a mí, pensó. El miedo súbito le hizo bajar los ojos. La ciudad aún estaba allí. ” Escena realizada con brillantez como un “point of view” (punto de vista) desde el personaje de Moore para así cerrar la película.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Max Payne

dirigida por John Moore
Las adaptaciones cinematográficas de videojuegos tienden a ser un fracaso porque regularmente los realizadores se inspiran en juegos con una gran aceptación dentro de los fanáticos de las consolas. Está última entrega no es la diferencia.

Partiendo de un guión espantoso en donde mezcla pequeñas cosas de las dos partes de videojuegos de consola y le agrega un “twist” de una droga que hace supuestamente invencibles y les da alucinaciones sobre ángeles de la muerte (que termina siendo eje central de la historia ) a quienes la toma; el personaje de Payne se encuentra con algo que nadie creía posible, su descalabro total.

Mark Walhberg, tal vez el mejor actor de acción del momento, no llega ni a la sombra del heroe incomprendido de Max Payne aunque no se le puede culpar del todo al actor norteamericano sino a la opera prima de guión que escribiera Beau Thorne, un nefasto intento de adaptar la creación maestra de Sam Lake.

Thorne no se lleva toda la culpa después de todo, en toda entrega siempre hay algo que salvar, pero aquí a penas se encuentra una sola cosa. Las escenas de acción no funcionan para nada, los parlamentos son terribles, los recuerdos horribles, a Payne no se le ve la intensidad ni el dolor que se nota en el videojuego de Lake.

La solitaria escena que se podemos decir fue buena, es en la que Payne es atacado en su departamento que al igual que en el juego, cada vez que Payne recibe un golpe hay un destello de rojo en la pantalla completa, algo que a su realizador John Moore se le olvido por completo en el resto de la película.

Si bien adaptar grandes novelas es complicado, adaptar un videojuego tan famoso y querido como Max Payne debe ser aún más duro. El público es mucho más crítico porque se trata de un personaje y una historia a la que uno le dedica horas y horas por varios meses, tal vez esta es la razón por la que no existe una adaptación decente de un videojuego, aunque para mi la adaptación de Hitman fue una muy buena.

Esta entrega de lo que me dio deseo fue de volver a realquilar el juego para recordarme que Max Payne no es el desubicado, bien vestido y falso interpretado por Waklberg sino el rompecabezas, trastornado y violento detective sacado de la misma imagen de su creador Sam Lake y de la voz profunda de James McCaffrey.

A lo mejor, Frank Miller (créanlo o no) pudo haber hecho un mejor trabajo con este videojuego con dotes de novela gráfica que esta dupla de Thorne y Moore (que tiene buenas películas de acción como “Behind Enema Lines” y “Flight of the Phoenix”) que no funciona para nada.