El dolor por una perdida no pudo ser plasmado de mejor forma. En el corto ganador del Oscar en 2005 “Six Shooter” su escritor y director Martin Mcdonagh con un toque de gracia oscura entrega una obra maestra en el mundo de los cortometrajes.
Cuatro personas se unen en un tren camino a Dublín, Irlanda con algo en común, todos sufren la perdida de un ser querido pero todos lo expresan de la misma forma.
Donelly (un increíble Brendan Gleeson) lidia con el dolor de haber perdido su mujer la noche anterior de una forma pausada y tranquila; una pareja se ve totalmente frustrada y la tensión está al flote entre ellos; y un chico (Rúaidhrí Conroy), al frente de Donelly es el acompañante de viaje hecho en el infierno.
La ricura del corto, como la de todos los excepcionales, está en el guión y en la presentación de diálogos rápidos y geniales que el inglés irlandes y Mcdonagh saben crear. Conroy se roba totalmente la presencia en la pantalla y solo el cómico, trágico y tétrico (todo en uno) final supera el “witty talk” de este increíble personaje.
Mcdonagh, en tan solo 27 minutos, logra destacar el sentimiento de perdida en cuatro personalidades totalmente diferente y crear un ambiente de suspenso y espera digno de un largometraje, sin contar los diálogos, como comentaba antes, son lo máximo de esta puesta en escena.
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