escrita y dirigida por Rubén Imaz
En México las producciones independientes tienden a ser muy ricas narrativamente, pero lamentablemente no es el caso de Familia Tortuga.
Partiendo de que solo sabemos que la madre y esposa de una familia ha fallecido y está familia se encuentra en una crisis económica en víspera del ¿aniversario? de la muerte de la progenitora comenzamos a observar pausadamente esta Opera Prima mexicana.
Ruben Imaz consigue mostrarnos algo muy real, los conflictos entre los integrantes de la familia son muy buenos, no tan preparados para pantalla como se pueden observar en otras entregas cinematográficas, pero más nada, Imaz no aprovecha su buen trato con sus actores para conseguir narrar la historia que quiere.
En un solo día “eterno” conocemos los dilemas de una chica con su novio, dealer y consumidor de drogas igual que ella, que claramente no está solamente con ella; vemos las dudas de un joven tímido y misterioso; un tío muy entrado en edad preocupado por sus tortugas y un padre claramente preocupado por el bienestar de su familia.
Ahora bien, la crisis que viven no la conocemos del todo, situaciones claves para la audiencia como lo que ha quedado después de la muerte de la madre no se no es claro y hace que uno se pierda en la actitud incoherente, principalmente de la hija.
Partiendo de que solo sabemos que la madre y esposa de una familia ha fallecido y está familia se encuentra en una crisis económica en víspera del ¿aniversario? de la muerte de la progenitora comenzamos a observar pausadamente esta Opera Prima mexicana.
Ruben Imaz consigue mostrarnos algo muy real, los conflictos entre los integrantes de la familia son muy buenos, no tan preparados para pantalla como se pueden observar en otras entregas cinematográficas, pero más nada, Imaz no aprovecha su buen trato con sus actores para conseguir narrar la historia que quiere.
En un solo día “eterno” conocemos los dilemas de una chica con su novio, dealer y consumidor de drogas igual que ella, que claramente no está solamente con ella; vemos las dudas de un joven tímido y misterioso; un tío muy entrado en edad preocupado por sus tortugas y un padre claramente preocupado por el bienestar de su familia.
Ahora bien, la crisis que viven no la conocemos del todo, situaciones claves para la audiencia como lo que ha quedado después de la muerte de la madre no se no es claro y hace que uno se pierda en la actitud incoherente, principalmente de la hija.
Al parecer a Imaz le faltó entender que para la audiencia no basta exponer una clara crisis familiar, tan bien expuesta como lo hizo, si uno no tiene un conocimiento del ¿porque?, o sea, uno admira la puesta en escena pero al final le parece a uno vacía y sin sentido.
Lo bueno: es que como director, Imaz puede llegar a presentar alguna joyita independiente en el futuro.
Lo malo: que tan buen retrato de una crisis familiar a lo largo de la película se pierda.
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