miércoles, 17 de junio de 2009

Up

dirigida por Pete Docter y Bob Peterson

¡Los de Pixar lo hacen de nuevo! Estas son las palabras que salen de mi boca cuando salgo de la sala de cine. Pero, ¿qué más se podía esperar de las personas que nos trajeron “Toy Story”, “Finding Nemo” y “Wall-E”? por nombrar algunas.

A pesar de que sigo quedándome con las anteriormente mencionadas, la magia de “Up” no tiene semejanza. Para mí fue una sorpresa encontrarme con una película más infantil de lo esperado, pero la magia fue la misma con la que la productora ha acaparado a millones de seguidores.

Sin embargo, el peso de “Wall-E” era uno muy fuerte y esta última entrega de Pixar es muy buena, pero no grandiosa. La tan esperada aventura, luego de su majestuosa primera porción, se torna simple pero de todas formas entretiene.

En “Up” encontramos a Carl Fredricksen, que luego de perder a su compañera de vida y estar a punto de perder su casa (el único memento que queda de su relación) decide alzarse a los aires, amarrando miles de globos a su morada. Pero antes de que esta aventura comenzara, la entrega dirigida por Pete Docter nos entrega una de los mejores 15 minutos en la historia de narración cinematográfica.

Al igual que en “Wall-E”, y en ciertas ocasiones de la también aclamada “Rataouille”, Pixar hace homenaje a las glorias del cine mudo y con el simple acompañamiento de la música narra toda una vida del personaje principal junto a su pareja. En fin, todo lo de “Up” hasta el momento en que comienza a volar por los aires es clásico.

Luego de su corte inicial, el cual Manohla Dargis del New York Times lo ha comparado con una famosa escena de Citizen Kane, la última entrega de Pixar toma una historia un poco banal, sencilla y muy poco arriesgada.
La sorpresa, aunque ya la conocemos, es que en este caso el héroe es un gruñón viejito de 78 años que junto a un claramente glotón infante se embarca en lo que ha sido su aventura más deseada de su vida.

Durante la aventura, vemos la revelación de Carl y de Russell (el chico rellenito) y su progreso a valerosos personaje de acción que entiende lo que se debe hacer y lo hacen (una historia usada en demasía). Como tal, la historia es predecible y llega a parecer más larga de la cuenta en algunos momentos pero la perfección de sus colores y definición hace que valga la pena disfrutar de los casi 90 minutos de largometraje.

En fin, “Up” cumple con su cometido de sorprender tanto a la crítica como a la audiencia, algo ya habitual para la compañía, y ahora crea la expectativa para una tercera edición de Toy Story pautada a estrenarse ya el año que viene.

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