viernes, 15 de mayo de 2009

Angels & Demons (2009)

dirigida por Ron Howard


Cuando se hace una película de un best seller controversial, se invierte millones de dólares, se contrata una chica bella y un actor como Tom Hanks al mando de un director reconocido como Ron Howard, el éxito de taquilla es seguro, nada más.

Angeles y Demonios, la adaptación de, en libro, la precuela del Código Da Vinci, pero que en películas ocurre tres años después de la adaptación cinematográfica del Código, es un desperdicio de dinero, tanto para los productores (que aunque sea lo van a recuperar) y para la audiencia que se dará cita para satisfacer su morbo de ver un tema que involucra a la iglesia.

Con un guión desastroso, lleno de “Pun-lines”, Howard entrega uno de sus peores entregas en la gran pantalla, y haciéndole honor  a la leyenda de las secuelas, esta es peor que la adaptación del “Código Da Vinci”.

Lo que en un principio parece interesante: “la creación de la antimateria”, “el hecho de que tienen menos de 6 horas para resolver todo”, rápidamente se desmenuza con uno de sus grandes problemas: el trato de la elipsis. En su afán por crear anticipación y desespero en la audiencia, Howard, con su fallido trato del tiempo (mucho más exagerado que como debe tratarse en el cine) da a notar que en cada ocasión se llegará en el momento preciso a tal localidad.


"Run, Forrest, run"

Las actuaciones no aportan mucho, se les ve desinteresados, sin ningún tipo de confianza en el proyecto, Tom Hanks solo pasa el rato, entregando “líneas inteligentes” tras “líneas inteligentes” y sus descubrimientos terminando siendo por casualidad no por conocimiento, que sería lo crucial considerando la sapiencia con la que supuestamente cuenta el personaje Robert Langdon. Sus contrapartes son otro fiasco, Ewan McGregor trata muy claro de no parecerse al filosofo de Obi Wan Kenobi, Stellan Skarsgard parece un frustrado y amargado (y no en el buen sentido) y Ayelet Zurer es lo único que se puede sacar, aunque la belleza de la israelí, haciendo de italiana, evitó que me concentrará mucho en su actuación.

Fuera de que uno haya o no leído la obra de Dan Brown, en la adaptación de Howard se hace muy poco por ocultar un final predecible, no que Brown lo hace muy bien en su obra tampoco, pero el que no sabe nada de la historia describe lo que sucede no más allá de los 45 minutos a la hora, cuidado si antes.

La película utilizado todos los clichés, y acercamientos trillados para un thriller, que cuando se usan de esta forma tan desinteresada aburre a la audiencia y terminando creando el efecto contrario que debiera someter una película de este género.

En fin, ni la película ni el libro valen la pena, el éxito de ambos se lo deben agradecer a la iglesia y su inseguridad de ser mencionada en cualquier tipo de medio, de no ser por esto y por el ridículo morbo que sentimos por uno que otro tema, este tipo de obras no pasaría del anaquel del fondo o de la sección de cine que solo dura par de días. Perdónenme, me fue imposible evitar la flagrante subjetividad que presente en este texto. 

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