miércoles, 20 de mayo de 2009

Coraline (2009)

escrita y dirigida por Henry Selick

El 2009 se vislumbra como un buen año de cine, sus películas animadas no se presentan como excusas para hacer taquilla con historias sin sentido y mucho colorido, todo lo contrario, y el inicio de esta aventura animada consigue un buen arranque con “Coraline”.

Esta entrega marca el regreso de Henry Selick al “stop motion animation” porque tanto se le conoce en “James and the Giant Peach” y la aclamadísima “The Nightmare before Christmas”.
Aunque “Coralina” no logre el éxito en la crítica ni en el público y menos en el culto que su predecesora “… Nightmare” y probablemente no superé las dos películas animadas por ver: “UP” (de Pixar y dirigida por Pete Docter) y 9 (Shane Acker); si logra cautivar a la audiencia con mucha imaginación e inteligencia narrativa.

Partiendo de refranes gastados: “cuidado con lo que deseas”, “no todo es como se ve” la historia de Selick es una, por el contrario, muy fresca y logra enviar su mensaje de manera inteligente y muy entretenida.

Con trozos de “Alicia en el país de las maravillas”, un poco de “Narnia” y cantidades más de cuentos infantiles, Selick toma la historia escrita por Neil Gaiman y le da ese toque animado que lo hizo tan famoso en el 1993 con “Nightmare before Christmas” (aunque la mayoría de este crédito se lo llevó Tim Burton).

“Coraline” no es una película animada para niños, los más pequeños no la entenderían y el público real, ese pre-adolescente, está muy ocupado en tecnologías y en crecer demasiado rápido, por esto ya las películas animadas están quedando netamente para el público que le gusta el cine y también para el que simplemente quiere pasar un rato.

La película no pierde su magia en 2-D (es original para presentar en formato 3-D, lástima que no la trajeron de esa forma, aunque no soy muy fanático de ese estilo) el esplendor del mundo detrás de la puerta secreta enamora hasta el menos ingenuo, y aunque el deseo de retorno de “Coraline” vino un tanto repentino, y los conflictos que tuvo que enfrentar no fueron tan complicados para mi gusto, pero en fin funcionan.

Al final te das cuenta que no todo de repente cambia para lo mejor, como en muchas películas de este estilo, Selick no presenta unos padres super cariñosos o atentos al final de la película, por el contrario, nos da un estilo de vista sobre lo que ahora aprecia más Coraline porque sus padres siguen siendo los mismos que en un momento ella rechazo pero ahora tienen un “yo no se qué” que nos da la impresión de que eso era lo que Coraline no estaba apreciando.

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